domingo, 13 de noviembre de 2011

El aceite de oliva, el ajo y la cebolla, el café y el té para males cardíacos

El aceite de oliva, “fundamental para la salud cardiovascular”

Un grupo de cardiólogos y bioquímicos de la provincia de Catamarca seleccionó a 50 pacientes con antecedentes de infarto de miocardio previo y angina inestable, y les suminstró una dieta basada en el consumo de aceite de oliva. Se comprobó que el nivel de colesterol había bajado, la presión se estabilizó y los marcadores de inflamación y oxidación se restablecieron y normalizaron. El estudio apunta a mejorar la calidad de vida, aumentar la longevidad de esta población y estimular el consumo de este producto nutricional.
Al ser la enfermedad cardiovascular la principal causa de morbimortalidad en la provincia de Catamarca, se promovió desde la Cátedra de Ergometría y Revisación Cardiovascular, a cargo del profesor Dr. Jorge Sanagua, junto a cardiólogos y bioquímicos de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Nacional de Catamarca, un proyecto que apunta al consumo de aceite de oliva y sus beneficios en la salud cardiovascular.

Los problemas cardiovasculares son los responsables de casi el 50% de las muertes que se producen en la provincia de Catamarca. Las evaluaciones realizadas en el avance del proyecto y las estadísticas obtenidas giran alrededor de la población enferma de esta provincia. “El objetivo del trabajo es demostrar que la suplementación con aceite de oliva en una población argentina con dieta no mediterránea tiene efectos beneficiosos sobre la salud cardiovascular en los enfermos coronarios crónicos estables”, explicó Sanagua a InfoUniversidades.

Población en riesgo

“Los pacientes que sobreviven a un evento isquémico agudo tienen mayor riesgo de padecer otro a corto plazo, lo que implica que en esta población afectada se deban aplicar estrictas medidas de prevención secundaria”, dijo el investigador y subrayó que la dieta mediterránea en la que el aceite de oliva es la principal fuente de grasa está asociada a una disminución de la mortalidad cardiovascular. Este aceite tiene una alta proporción en ácidos grasos monoinsaturados y fue utilizado para controlar los riesgos cardiovasculares, siempre y cuando no se excedan las recomendaciones sobre el consumo total y porcentual de grasas saturadas y se mantenga el peso corporal sobre la salud cardiovascular en los enfermos coronarios crónicos estables.

Estudio

En una primera etapa, la población con enfermedad coronaria recibió una dieta con una suplementación de 50 ml. de aceite de oliva. “Antes de iniciar el estudio y después de la intervención, se les realizó una serie de exámenes, entre ellos, perfil lipídico en plasma: colesterol total, colesterol HDL, colesterol LDL y triglicéridos, toma de presión arterial para evaluar sus modificaciones y un examen antropométrico para evaluar la composición corporal”, explicó el profesional.

En una segunda etapa se realizaron evaluaciones similares, con medición de esas variables, disminuyendo la cantidad de aceite de oliva a 23 ml. El investigador informó que “se evaluó la calidad de los suplementos alimentarios a partir de la determinación de los parámetros de genuinidad y calidad en cada uno de ellos”.

Evaluaciones

En la evaluación inicial realizada por los médicos se seleccionó a 50 pacientes con antecedentes de infarto de miocardio previo y angina inestable. Debían encontrarse clínicamente estables, sin síntomas, y sin cambio en el tratamiento 45 días previos a la inclusión en el estudio.

Los pacientes recibieron los suplementos de aceite (aceite de oliva extravirgen y girasol) que fueron administrados en dos períodos de 4 semanas y con 2 semanas de lavado entre cada intervención. En la primera parte, se administró una dosis de 50 ml. de aceite de oliva, distribuida en 3 comidas diarias. El aceite de girasol fue usado como fuente de grasa en los períodos de lavado. Otras grasas de los alimentos fueron cambiadas por aceite de girasol de manera que el consumo de grasas totales no se modificó durante el estudio. El aceite de girasol fue provisto en suficiente cantidad para todos los miembros de la familia. La dieta fue controlada para evitar excesos de consumo de componentes fenólicos y antioxidantes (restricción de frutas y vegetales, café, té, chocolates, vino, cerveza, bebidas cola y aceite de oliva).

En la segunda parte del proyecto se administró una dosis menor diaria de 23 ml. de aceite de oliva y finalmente, el cardiólogo sostuvo: “Nos encontramos con algunas sorpresas, ya que en los análisis quedó demostrado que baja el nivel de colesterol, la presión se estabiliza y los marcadores de inflamación y oxidación se restablecen y normalizan. Por eso creemos que el aceite de oliva en Catamarca es un elemento fundamental, no sólo como materia de exportación por su reconocida calidad, sino como elemento beneficioso para la salud cardiovascular de poblaciones enfermas, que es lo más importante para la prevención y el cuidado de la salud de toda la comunidad”.

Ajo y cebolla para prevenir problemas cardiovasculares

Cn el foco puesto en esos dos nobles productos de consumo a nivel mundial, un grupo de investigadores trabaja sobre la relación que existe entre el consumo de hortalizas y el cuidado de la salud humana. Recomiendan el consumo de algunas variedades e incluso sugieren cómo cocinarlas. El 80% del ajo y el 40% de la cebolla surgen en la región cuyana, así, la zona se afianza no sólo como productora sino también como generadora de variedades propias que hagan más saludable a la cocina argentina.
Los profesionales de la UNCuyo y el INTA ya identificaron variabilidad en el germosplasma argentino del ajo y la cebolla que permiten seleccionar los cultivares más aptos para disminuir riesgos cardiovasculares. El germoplasma es el conjunto de genes que se transmite en la reproducción a la descendencia por medio de las células reproductoras.

El grupo trabaja sobre los cultivares que se producen en nuestro país (casi el 80% del ajo y el 40% de la cebolla surgen en la región cuyana) realizando estudios agronómicos, bioquímicos, experiencias in vitro y también con animales para demostrar su eficacia.

A la hora de la cocina

En las últimas décadas se fundamentaron, mediante estudios clínicos, epidemiológicos y de laboratorio, algunos efectos benéficos para la salud asociados al consumo de estas dos hortalizas, luego la industria farmacéutica desarrolló varios formulados de ajo (polvos, tabletas, aceites esenciales, extractos oleosos o hidro-alcohólicos, etc.).

Los últimos datos revelados por los científicos sugieren que los máximos resultados para la salud se obtienen mediante el consumo de ajo y cebolla crudos, y que la forma de preparación y cocción puede alterar significativamente la efectividad de estas hortalizas como agentes benéficos.

“La eficacia de ajos y cebollas como agentes antitrombóticos ha sido demostrada en extractos crudos, en diferentes tipos de preparaciones (aceites, extractos hidro-alcohólicos, polvo seco, etc.) y en varios de sus compuestos aislados y purificados. Sin embargo, estas hortalizas generalmente no se consumen crudas, sino que son cocidas previo a su consumo”, explicó a InfoUniversidades el Dr. Claudio Galmarini, investigador de la UNCuyo y el INTA. El calor de la cocción de las hortalizas impide que se formen los compuestos “antitrombóticos”, es decir, las enzimas que actúan para evitar el riesgo cardiovascular.

Sin embargo, estudios encabezados por el Dr. Pablo Cavagnaro, integrante del equipo de trabajo, demostraron que picando el ajo antes de cocinarlo y dejándolo en reposo 5 minutos, para luego cocinarlo por no más de 10 minutos, se mantiene buena parte de las propiedades antiplaquetarias. Otra forma de preservar estas propiedades es cocinando el ajo entero y al momento de consumirlo picarlo y agregarle jugo de ajo fresco, restaurándose, de este modo, las características benéficas del ajo crudo.

El estudio, que llamó la atención y recibió comentarios elogiosos de revistas como “New Scientist”, explica las razones de este comportamiento, que tienen que ver con que el calor inhibe una enzima llamada allinasa.

Con respecto a la cebolla, evaluaron también el efecto de su cocción y concluyeron: “Su máximo valor funcional se obtiene mediante su consumo en forma cruda, o moderadamente cocida (hasta 10 minutos) y procesada. El calentamiento prolongado (unos 20 minutos) a temperaturas mayores de 95 ºC tuvo efectos pro-agregatorios (es decir, estimulantes de la agregación de plaquetas), tanto en cebollas enteras como previamente procesadas. Estos resultados sugieren que el exceso de cocción en cebolla podría tener efectos negativos sobre el sistema cardiovascular”.

Por otra parte, los científicos argentinos demostraron que no todos los cultivares de ajos y cebollas responden de la misma manera y se identificaron variedades con mejores propiedades benéficas para la salud humana en línea con el objetivo propuesto por el grupo de Galmarini, que busca ampliar la oferta varietal de ajos y cebollas para diversificar su uso.


El consumo del café también tiene beneficios para el organismo
Granos salvadores

Carla González C.


A pesar de que la cafeína es considerada como un compuesto adictivo creador de daños como el deterioro del esmalte dental o la posibilidad de una dislipidemia, estudios recientes han permitido levantar discursos acerca de sus beneficios para el organismo, donde destaca su propiedad como antioxidante.

Puede que una de las preguntas más frecuentes en el mundo sea: ¿se sirve una taza de café? Y es que el consumo de este grano a través de sus distintos estados, es diariamente degustado por millones de paladares y según los datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO, su fabricación dentro del globo prevista para el año 2010 sería de 7.033 miles de toneladas, contrastadas con las 6.688 que se establecieron entre 1998 y 2000.
Tomarse una o más tazas de café pueden dibujar tantos contextos como individuos involucrados: una amena conversación en un restaurante, un nervioso universitario estudiando a altas horas de la madrugada y un apurado desayuno, pueden ser algunos de ellos y si bien en Chile el consumo per cápita es bajo (150 tazas anuales) comparado con naciones europeas (1000 tazas anuales), incorporar a la cafeína en nuestra dieta es al parecer, algo rutinario en varias personas.

Existen variadas observaciones con respecto a los efectos que tiene el café sobre el organismo de los seres humanos. Si beberlo es malo o bueno, al parecer dependerá de las condiciones de salud en las que estemos, pues si existen patologías ya diagnosticadas en el orden del sistema digestivo o del cardiovascular, puede que la ingesta de cafeína provoque algunos daños que es mejor prevenir consultando al médico.
Para Paulo Silva Ocampo, nutricionista y miembro del colegio que agrupa a estos profesionales, el café no representa mayores conflictos para el organismo, y al contrario de lo que comúnmente se piensa, la cualidad de antioxidante del llamado ‘oro negro’ es muy importante: “los principales antecedentes del café son los compuestos fenólicos y especialmente el ácido clorogénico, nombre específico del antioxidante. En cuanto a cantidad, es súper rico en este compuesto en relación a otros alimentos que también lo contienen, como las moras”, afirma.
A pesar de esto, Silva advierte que luego del proceso de tostado por el cual pasa el café, se pierde cantidad de esta virtud antioxidante, pero comenta que a su vez se genera melanoidina, fibra alimenticia que favorece a los sistemas digestivo, excretor y endocrino, cumpliendo así una función probiótica en el cuerpo.

Lo bueno, lo malo y el mito

El nutricionista comparte la idea de sus pares quienes mencionan que no hay consenso en cuanto a las opiniones que se tienen de esta bebida. En conversación con Punto Vital, menciona que hay toda una corriente que se manifiesta contraria al consumo de café, por ejemplo en hipertensos, lo que a su juicio no tendría aún un sustento científico: “la presión sube, pero no a niveles dramáticos. Además, los hipertensos tienen otros trastornos como la diabetes y la obesidad, problemas que tienen que ver con procesos inflamatorios y de oxidación exacerbada que se contrarrestan con el café”, enfatiza.
Otro dato entregado por Silva Ocampo es el que se refiere a la ingesta de esta infusión durante el embarazo. El nutricionista toma como eventos aún no comprobados aquellos que mencionan que beberlo provoca trastornos en el feto, sin embargo, recomienda no consumirlo en exceso. “No hay evidencia que diga que el café determina estos problemas. Es todo muy contradictorio y por eso en este caso es mejor abstenerse”, asume.

Una de las propiedades que más se conoce de la cafeína es que interviene en el sistema nervioso central estimulando “el estado de alerta y el ánimo de las personas” y que por lo tanto, causaría adicción. Para Paulo Silva, esto tampoco sería un hecho patente, pues no hay estudios que así lo comprueben. No obstante, es aconsejable estar atento a cuántas son las tazas que bebemos diariamente, ya que algunas monografías certifican que a largo plazo, se estaría frente a trastornos como el insomnio y enfermedades gástricas.
Actualmente, son muchos los alimentos que poseen a la cafeína entre sus ingredientes: bebidas cola y el té son algunos de ellos. Al respecto, el profesional dice que en ese sentido, el café estaría presente incluso en la digestión diaria de los niños, haciendo hincapié en que el alcaloide también posee la capacidad de inhibir la absorción de algunos minerales como el hierro y por esta razón, no es recomendable que los pequeños sean consumidores, ya que podría afectar en su desarrollo.
Otra característica de la cafeína es que aumenta la termogénesis – es decir – permite que el cuerpo gaste más energía que antes y es por eso que incluso existen dietas que lo colocan como protagonista. “No es la idea volverse adicto a este producto”, resalta el nutricionista, comentando además que hubo un tiempo en el que se usó café para trabajar trastornos del peso. No obstante, hay que tener en cuenta que no es un suplemento alimenticio y el hecho de que estimule la secreción de adrenalina, podría situarlo como un arma de doble filo.
En cuanto a los datos que por ahora sí están comprobados, el profesional cuenta que entre ellos, se establece que una dosis de 5 miligramos por kilo de cafeína disminuye la sensibilidad de la insulina, es decir, tendría incidencia directa en pacientes con diabetes tipo 2. Así lo certifica la Revista Chilena de Nutrición, donde en su edición de junio de 2007 menciona que el consumo en cantidades crecientes de café a lo largo del tiempo, sería beneficioso para estos pacientes debido – una vez más - a su acción antioxidante.
Otro aporte positivo en el cual se ha estado investigando es la disminución del riesgo de contraer males como el Parkinson. “Esto sería efectivo con dosis que vayan desde las dos tazas al día”, agrega Silva. Además, se ha estudiado la efectiva relación entre el café y el hígado, donde la infusión sería un buen compañero que permitiría la protección del  órgano frente al desarrollo de la cirrosis, sobre todo de la provocada por el alcohol.
En conclusión, Paulo Silva Ocampo dice que tomar café (incluso hasta 5 tazas al día), no es tan malo como se conoce. Bebiendo en cantidades moderadas y consultando al médico en caso de padecer de ciertas patologías que pudieran actuar como enemigas de esta infusión, el ‘oro negro’ podría pasar a ser uno de los productos más apetecidos por los chilenos.

Otros datos aportados por el nutricionista relacionados con el consumo del café son:
- Beber este líquido no implica acercarse a hábitos como el tabaquismo.
- El café descafeinado tiene la misma cantidad de antioxidante que el café normal. Su única diferencia es la disminución en la cafeína.
- Cuatro tazas de café al día (incluso 9 según algunos estudios mencionados en la Revista Chilena de Nutrición) no producirían ningún daño a nuestro organismo.
- La cafeína produce irritación gástrica, por lo que aquellas personas que sufren de patologías asociadas al estómago, deben disminuir o anular (frente a la sintomatología) la ingesta.
- Para evitar las alzas de presión que provoca el café, se recomienda tomarlo suave y no cargado.
- Aunque su precio es mayor, se recomienda beber café de cepa arábica por sobre la robusta, esto porque la primera contiene menor cantidad de cafeína.

Punto Vital Abril 2008 ©